En agosto de 2019 se hacían eco diversos medios digitales, en especial aquellos editados en mi localidad (Priego de Córdoba), sobre un hallazgo científico lo más de interesante. Concretamente, un equipo conformado por unos 70 investigadores e investigadoras de diversas instituciones y nacionalidades había hallado un nuevo sistema solar.
La importancia científica del descubrimiento radica en la "relativa" cercanía de los astros hallados (concretamente se sitúa a una distancia de 36 años luz), así como en los indicios de que uno de los cuerpos celestes que lo componen, GJ 357 d, -esto todavía no está muy claro- podría reunir unas condiciones mínimas para albergar vida. Luego, está la relevancia personal del mismo, pues uno de los investigadores al frente de este hallazgo es paisano mío, Rafael Luque -investigador predoctoral-. Él junto con uno de sus supervisores y líderes del proyecto, el Dr. Borja Toledo, han concedido varias entrevistas en las que informan de sus hallazgos.
En tiempos de pandemia en los que las noticias no son muy halagüeñas, recuperar hallazgos como este despiertan nuestra curiosidad por el cosmos y alientan hipótesis que pueden actuar como motores de la alfabetización científica de la sociedad.
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